20 de julio de 2020 | Por: Carolina Riera
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Cualquier equipo industrial diseñado para trabajar por encima de 0,5 bares relativos de presión está sujeto a la Directiva de Equipos a Presión PED. Esta normativa aplica al diseño, fabricación y conformidad de estos equipos, y, a grandes rasgos, nos indica que para proteger frente a sobrepresiones no deseadas, estos equipos deben estar equipados con un sistema de alivio de presión. Estos sistemas de alivio de presión deben ser totalmente pasivos, ya que son la última capa de protección del equipo: cuando los equipos de control y de prevención no hayan funcionado, estos sistemas abrirán, aliviando de esta manera la sobrepresión. Hablamos de válvulas de seguridad, el dispositivo de alivio de presión más conocido y utilizado, y también de discos de ruptura.
Podemos encontrar discos de ruptura en múltiples aplicaciones: desde los airbags y sistemas de refrigeración de nuestros coches, hasta las líneas de oxígeno de las mascarillas de los aviones pasando por condensadores de vapor en plantas de generación de energía o en tanques de almacenamiento de productos químicos. En resumen, existen un sinfín de aplicaciones e industrias para los discos de ruptura, con aplicaciones muy dispares.
Sin duda, el dispositivo de alivio de presión más utilizado en la mayoría de industrias es la válvula de seguridad (PSV). Su principio de funcionamiento es muy simple: la válvula se mantiene cerrada gracias a un muelle y se abre cuando la presión alcanza un determinado valor de presión, aliviando la sobrepresión. Cuando la presión vuelve a bajar, el muelle vuelve a cerrar el disco de la válvula, permitiendo que se pueda seguir operando con normalidad. Este hecho, el volver a cerrar, es el que hace de las PSV’s la primera opción en cuanto a sistemas de alivio de presión. Para hacernos una idea, en una refinería europea de tamaño mediano se pueden encontrar de media 3000 sistemas de alivio de presión, de los cuales el 95-98% serán válvulas de seguridad. Los discos de ruptura conforman el 2-5% restante. El disco de ruptura, como su propio nombre indica, romperá, y no volverá a cerrar. Por lo tanto se perderá la presión en el sistema, habrá que parar, sustituir el disco, y reiniciar el proceso.
Así que nos preguntamos, ¿en qué casos puede ser interesante contemplar el uso de discos de ruptura? ¿Qué aspectos en el diseño hacen recomendable el uso de discos de ruptura?
Un disco de ruptura apenas necesita mantenimiento: si rompe se cambia, aunque también se puede realizar una sustitución de forma preventiva. El disco no tiene piezas sueltas ni móviles que se deban sustituir periódicamente.
Otros aspectos que pueden ser considerados para la elección de un disco de ruptura como sistema primario de alivio de presión son:
En todos estos casos, el ingeniero que diseñe la seguridad del proceso se deberá plantear el uso de un disco de ruptura, ya sea como sistema primario de alivio de presión, o bien en la combinación disco de ruptura + válvula de seguridad, ya sea en paralelo o en serie con la válvula: la instalación de un disco de ruptura a la entrada de una PSV (concepto Valveguard) ayuda a mejorar todos estos aspectos.
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